jueves, 29 de septiembre de 2011
Los buenos recuerdos mejoran la salud
¿Pensar en las vacaciones es bueno? ¿Mejora la salud recordar el pasado de forma positiva? Una investigación española afirma que la actitud de las personas hacia el pasado, las vivencias presentes o las expectativas futuras, influye en la percepción de la salud y en su calidad de vida.
¿Eres fatalista o conoces alguien pesimista? La ciencia te da argumentos para cambiar de actitud. Acaba de quedar demostrado que quien es negativo vive peor. “Hemos observado que cuando las personas tienen una actitud negativa hacia los eventos pasados de su vida, y al mismo tiempo, se tiene una actitud pesimista o fatalista respecto de los eventos presentes, se generan mayores problemas en sus relaciones y son estas personas las que presentan los peores indicadores en calidad de salud”, explica a Cristián Oyanadel, investigador de la Universidad de Granada (GR).
Los investigadores evaluaron mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a 25 mujeres y 25 hombres entre los 20 y 70 años. Los encuestados tuvieron que realizar el test Inventario de orientación temporal de Zimbardo, diseñado en Estados Unidos y validado por varios países –incluido España–. Este test recoge nuestras actitudes hacia el pasado, el presente y el futuro. Una vez agrupados por perfiles según su estimación del tiempo, aplicaron a los encuestados un cuestionario de calidad de vida para medir su salud física y mental.
“Según lo observado en nuestro estudio, la dimensión más influyente es la percepción del pasado. Una visión negativa de este se relaciona altamente con peores indicadores de salud”, apunta el investigador. Eso quiere decir que las personas con esta tendencia negativa reportan dificultades para esforzarse físicamente en actividades cotidianas. También están más limitados físicamente para el rendimiento en el trabajo. Y lo que es peor perciben mayor dolor corporal y tienen mayor predisposición a enfermar. “Además, presentan tendencia a estados depresivos, ansiosos y alteraciones conductuales en general”, añade Oyanadel.
¿Pensar en el futuro es bueno?
Los tres perfiles temporales encontrados entre los participantes del estudio corresponden a tres estilos: predominantemente negativo, predominantemente orientado al futuro y otro más equilibrado. “El perfil equilibrado es el ideal puesto que resulta de una actitud saludable en las tres zonas temporales. Son personas que aprenden positivamente de las experiencias pasadas, se orientan al cumplimiento y autoexigencias de metas en el futuro, pero no descuidan la posibilidad de vivir emociones y experiencias agradables y placenteras”. Asimismo, estas personas cuentan con una mayor puntuación en las capacidades de esfuerzo físico, mejor salud mental general, menos tendencia a enfermar y menor percepción de molestias o dolores corporales.
En el estudio acaban de demostrar que quienes viven pensando en el futuro tienen peor calidad de vida que quien no piensan en el futuro. “Las personas orientadas al futuro, es decir, a dejarlo todo por cumplir metas y exigencias personales olvidándose de vivir experiencias agradables presentes y con poca conexión con sus experiencias pasadas positivas, no tienen mala salud física y mental, pero esta es de menor calidad que las personas del grupo equilibrado”, concluye Oyanadel.
Fuente: Sinc
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